Desayunando hoy en el bar, al ver a un garrullo autóctono de la zona se me ha venido a la mente una curiosidad que me ocurrió en Helsinki, Finlandia.
Yo estaba de camino a Ningbo, China. Y el avión hacía escala en Helsinki, la llamada “puerta de Asia”. Al aterrizar me quedaban unas tres horas para el siguiente vuelo a Beijing. Bajé del avión, ojo, sin ponerme la cazadora (Finlandia, Noviembre, 19:00 hora local y medio nevando, imaginaos el percal) para que comprobaran estos finlandeses que en León también sabemos pasar frío. Con dos cojones y un palo. Pedí un taxi porque del aeropuerto a la ciudad había un cacho. Y me metí en el primer bar que pillé. Bien podía llamarse Peura Punakka (“El reno rojo”) o Hiidenkiuas -lta Linus (“La tasca de Linus”). No lo recuerdo, no sé finlandés, y me pareció un idioma complejo. Como una especie de ruso hablado con acento italiano. Fuera hacía un frío que se te quedaban los huevos morados. Pero dentro era otra cosa. Aparte de estar hasta las tetas de gente, hacía un calor infernal. Así que, tras calzarme un par de cervezas y olisquear un poco el ambiente, me fui al servicio a cambiarle el agua al canario. Cola. Me tocó esperar justo delante de lo que parecía un estibador del puerto. Camiseta a rayas, vaqueros deshilachados, rostro enjuto curtido por el frío y enrojecido por el alcohol, espesa barba y mata de pelo de un tono rojizo. Bien podía llamarse Pekka Kuoppala o Alexi Himannen. El estibador. Un 20’ se lo liquida en 10 minutos. Quién sabe. Pensé “Verás éste la que lía en el baño. Un garrulo es un garrulo, sea en Laponia o en Casablanca.” Así que entré tras él.
He de decir que, pese a que el tugurio no era el más pijo que yo haya visto, el baño estaba impecable. Nuestro amigo el del puerto se situó con precisión milímetrica frente al urinario. Se sacó la chorra y, aparentemente (no me iba a poner a comprobarlo), no se derramó ni una gota del dorado líquido desde que empezó hasta que acabó. Se sacudió el badajo (creo que un número de veces prudente, se ve que en Finlandia más de tres también es paja), tiró de la cadena y se lavó las manos vigorosamente con un jabón en espuma, cogió una pastilla antiséptica de un dispensario que había, la colocó en el urinario para reemplazar la gastada, volvió a tirar de la cadena y se lavó las manos de nuevo. Se secó con un papel que a tal efecto había en un expendedor y arrojó los restos a una papelera. Después, diciendo “Excuse me sir”, salió de escena pasando por delante de mí.
Pensé “Joder con Finlandia, es un país civilizado”.
En un alarde, imagínense la misma escena con un autóctono español. Un garrulo ibérico. El típico bar spanish con un servicio que parece que con solo entrar vas a pillar disentería. El garrulo mea en el cagadero (que es de machos, no como el urinario), vertiendo la mitad fuera y la otra mitad en un agüita que ya relucía dorada de anteriores vicisitudes. Enfunda el aparato de nuevo en su sitio (imagino, recolectando su ropa interior las ultimas gotitas). En caso de que hubiera dispensario de pastillas antisépticas (que ni de broma) lo rompería de un codazo para llevarse la mitad a fin de enseñárselas a su santa y desparramaría el resto por el suelo. Coge un cacho de papel para hacer ademán de secarse unas manos que no se ha lavado, yendo a parar los restos o al lavabo o al suelo. Y tan feliz, tras chapotear un rato en los meos del suelo porque el chap-chap es un sonido la mar de agradable, amén de las huellas negras que dejan luego sus botas, sale del baño al grito de “¡QUÍTATE TÚÚÚÚÚ!”
Y luego los hijos de puta de los franceses tienen la desfachatez de decir que España es África. Pobres africanos.
NOTA: Esto es una exageración dramática de una realidad cambiante (lleva tantos años cambiando…) sin ánimo de ofender.
martes, 30 de diciembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Lo que viste en Finlandia, era muy habitual en el Hiborea, pero sobre todo en el Rincón del Cura.
ResponderEliminarEn el rincón del cura lo espectacular era el servicio de tías... Rezumaba el caldito por debajo de la puerta, madre mía, allí en la taza del w.c. era el único sitio donde no meaban (tias y tios, que aquel baño era más bien mixto).
ResponderEliminarEstaba pa echar paja y serrín por el suelo, como en las cuadras :D