- ¡Gana la doble pareja! – dijo Txema recogiendo las fichas sobre el tapete.
Jan se removió inquieto en su asiento. Algo más aparte de haber perdido la mano de póker con su pareja de cuatros parecía perturbarle. Su mirada no se apartaba de las cartas que Txema había colocado boca arriba sobre
- La mano del hombre muerto… - susurró Jan con el cigarro colgando de su labio, los ojos levemente entornados por el humo.
En la sala se hizo el silencio. Fuera, la lluvia golpeaba insistentemente contra el cristal.
- ¿Qué? – dijo Txema tras congelar el gesto de sus manos sobre las fichas.
- Doble pareja de ases y ochos… - Jan parecía completamente abstraído -. La mano de Wild Bill Hickok, el hombre muerto… deberías haberte descartado, no deberías haber jugado esa mano… no deberías…
-¿Pero qué estás diciendo?
Jan suspiró y alzó la vista cruzando su mirada con
“Supongo que fue en una noche como ésta. Corría el año 1876, si no recuerdo mal, y James Butler “Wild Bill” Hickok había ido como cada noche al saloon de Deadwood, en Dakota. Era un jugador y bebedor empedernido. De joven había sido conductor de diligencias, soldado en la guerra civil y Marshall de los Estados Unidos. Un pistolero que labró su propia leyenda a caballo entre la Historia y
Txema tragó saliva, y recogió lentamente las cartas que había jugado. Un relámpago hizo chisporrotear las bombillas que iluminaban de forma tenue la silenciosa sala.
EPÍLOGO: ¿QUÉ PASA AQUÍ?
"Este Pipe debe estar en un mal día" estaréis pensando. Jan no habla así. Ni Txema. ¿Dónde estan los "Eheeehhhhh... nas" y los "maifren"? ¿Y el resto de clásicas coletillas? ¿Insultos? ¿Blasfemias? ¿Dónde? Pues bien... Tiene su explicación... Pero no la voy a desvelar. En su lugar propongo un reto. Averígüen ustedes por qué Jan y Txema no hablan en este relato como ellos hacen habitualmente. La ganadora recibirá un bono para tocarme el culo completamente gratis durante un año, y si es ganador, con un autógrafo va que jode. Anímense con esos comments y esas hipótesis.
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