viernes, 13 de febrero de 2009

Resistencia I

Tenía toda la pinta de haber sido una cafetería. Quizás en otro tiempo, en otro lugar, hubieran podido estar allí tomando café con un grupo de chicas de sonrisa resplandeciente y mirada picarona. Pero toda aquella mierda feliz había quedado atrás, y ahora el lugar no era más que un montón de ruinas y escombros. El ataque quimera no había respetado nada. Pero allí había una baliza de transporte, y tocaba defenderla a toda costa. Tras una noche a la intemperie, el comando de la resistencia esperaba el asalto. Bajo los nombres en clave Perris, Mon_TUX, Spoopy, JanSolo Y Pipe Wildchild, los soldados aguardaban que con el albor que despuntaba en el horizonte llegasen también las quimeras.



- Estoy hasta los cojones de estar aquí sentado esperando – Pipe limpiaba el cañón del fusil de asalto con lo que parecían haber sido unas bragas rojas. Se levantó entre toses – Prefiero las balas de las quimeras a este condenado frío. Matan mucho más rápido.



- Hijo de Satanás – dijo Jan -. Menuda tos tienes, vas a matar a las quimeras pegándoles esa mierda. O nos la vas a pegar a nosotros.



- Que te la pique un pollo de Kentucky.


- Estamos todos algo nerviosos con esta espera – dijo Perris. – Por eso he traido unos porros. ¿Quién quiere?


-Vete a fumar esa mierda al balcón. Respeta mi política de no humos, tío. – Dijo Mon_TUX.


- Yo hace dos años que dejé de fumar – dijo Spoopy encogiéndose de hombros.


- Panda de afeminados – dijo Perris -. Hay que tener vicios y manías. Yo antes hacía una muesca por cada quimera que mataba en la culata del fusil. Dejé de hacerlo cuando tuve que cambiar la culata por tercera vez.



- Fanfarrón – dijo Jan -. Aquí el que menos, me cagon Dios, lleva más muertes que la condenada viruela.



- Meine Mutter ist mit mir verärgert, weil mein Raum eine Störung ist – dijo una voz nasal.



- Ostia, espera – dijo Pipe .- Que se me ha olvidado silenciar a esos putos Kraut. Ya.


- Eeeeeh, planes para hoy¿? – dijo Spoopy.


Como respuesta y como único aviso del ataque se oyo el sonido metálico de las balas quimera impactando en una viga doblada que pendía escasos centímetros por encima de la cabeza de Pipe.


- Ahí vienen esos hijos de puta. Ya empieza el baile, maldita sea la hora.



Con una tormenta de sonidos como amartillado de armas, inserción de cargadores y blasfemias varias, el comando se preparó para resistir el asalto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario