lunes, 17 de julio de 2006

NO ENTENDÍ NADA: EL DÍA QUE SALÍ A LIGAR Y VOLVÍ A CASA CON UNA PSP



El siguiente artículo ha sido galardonado con el premio Pulitzer de las crónicas en la pasada edición celebrada en Nueva York. Esperamos que sea de su agrado





No diré que no me preparé a conciencia... Había decidido llenar ese vacío que todos estamos sintiendo a nuestra edad. Madrugas para ir a un curro de mierda y ni siquiera sabes por qué lo haces. Vuelves a casa (me resisto a llamar a eso hogar) y te encuentras con que tampoco hay nada. Así que me dije “Viejo, necesitas a una buena mujer a la que amar y que te ame, antes de que se te pase el arroz”. Así que abrí el grifo de la bañera y la llené de agua tibia aderezada con aromáticas sales de baño. Por eso de perfumar los bajos e ir entrando en atmósfera (no deja de ser algo sensual). También pensé en poner un disco de baladas para meterme más en el papel, pero bueno, acabé poniendo Rhapsody por la fuerza de la costumbre (MIGHTY WARRIOR! For the legend ride again!!) Tras vestirme con ropa cara y elegante, quedé con una amiga para salir por los lugares de moda en Madrid. Y ahí empezó todo.


Me presentó a la primera de las que yo tuve a bien llamar “Perras de Tarantino” (a modo cariñoso, obviamente). Para salvaguardar su identidad la llamaré por el nombre en clave Señora Rosa. Así a primera vista era una chica bajita y rubia, de pechos generosos incrustados en un escote más generoso aún, con una sonrisa permanente en su delicado rostro. Caballeroso y elegante, lo único que pasó por mi cabeza fue descubrir qué se escondía detrás de tan radiante sonrisa. Así que me puse a hablar con ella. Tras las primeras frases típicas para romper el hielo me fijé, por pura casualidad he de admitir, en una cadena con una cruz de oro que pendía sobre su escote. Me recordó a la cruz de Coronado y así se lo hice saber. Le estuve hablando de la escena de Indiana Jones y de cómo en realidad la cruz que pasó a la historia fue la de Hernán Cortés, ya que nunca existió tal cruz de Coronado. Le conté también cómo Cortés, tras la expedición a Cuba de 1511 y dada su amistad con Velázquez de Cuellar, fue nombrado alcalde de Santiago de Baracoa, ciudad de la que partiría posteriormente a la conquista del imperio Azteca tras pasar algunos años en la cárcel acusado de conspiración. La sonrisa de la Señora Rosa tomó una inflexión un tanto distinta y sus pupilas se contrajeron. Excusándose para ir al servicio, salió por pies y de ella nunca más se supo.


No tuve tiempo para frustrarme, pues enseguida me presentaron a la siguiente. Señora Naranja será mi apodo para ella. Ésta era morena, alta y ligeramente explosiva, como Eloíse. Además tuve una gran aceptación por su parte. Me sonreía mucho, se me acercaba y me susurraba al oído rozando mi pecho con sus pezones endurecidos, bailaba conmigo, frotaba su trasero contra lo más noble que tengo, me daba besitos bajo el mentón, me cogía de la mano... Me avasalló, qué quieren que les diga. Y lo vi hecho. Así que me acerqué a mi amiga (Tarantino) y le dije que qué opinaba. “¿Pero cómo podéis estar tan ciegos?” me dijo. “Si lo que ella quería era darle celos a aquél contigo. No sé cómo no lo has visto y te has dejado hacer.” Me di la vuelta y efectivamente, la Señora Naranja se estaba enrollando con otro. Entiéndanme ustedes. Yo soy un tipo muy ingenuo, y creo que cuando se dispara a un Búfalo es para matarlo. Así que me llevé un gran chasco. Pero no pasaba nada porque...


... la siguiente en llegar fue la Señora Azul. A esta no me la presentaron porque ya la conocía. Éramos muy buenos amigos y había algo más. Lo sabía. Así que, tras conversar un poco con ella y ver que todo seguía igual de bien y el camino estaba allanado, me decidí a intentarlo. La Señora Azul era una chica estupenda, simpática y muy guapa. Una de esas que no te explicas cómo puede estar sola. La respuesta que de ella obtuve me produjo una especie de deja vu “Eres inteligente, guapo y simpático, y te quiero mucho, pero no soportaría hacerte sufrir. Tú te mereces algo mucho mejor, una chica especial de verdad. No estoy en la etapa de mi vida de tener una relación. Ni siquiera sé lo que quiero para mí. No te merezco. Necesito un tiempo para reflexionar. No quiero estropear nuestra amistad. Lo siento.” Me di la vuelta cabizbajo y tomé un segundo para respirar. Volví la cabeza y descubrí que se estaba enrollando con otro. Contuve el aliento y fui a pedirle consejo a Tarantino.


“Si es que eres tonto. No sé cómo no os dais cuenta de las cosas. ¿Ves aquella pelirroja de allí? Pues odia con todas sus fuerzas a esta morena de la barra. Así que lo que tienes que hacer es hablar con la rubia de verde, que es la prima de la pelirroja, y comentarle lo mucho que te gustan las carreras de coches. Así le caerás bien y le pasará un buen informe de ti a la pelirroja. Después, tienes que ir a frotarte con la morena de la barra. La pelirroja se fijará en ti y, solo por joder a la morena y competir con ella, vendrá a meter cizaña y liarse contigo. Pero tienes que andar con cuidado. Porque, una vez haya jodido a la morena, puede olvidarse de ti. Para que esto no suceda, como se ve muy claro en su mirada que a la pelirroja le gusta viajar, tienes que decirle que eres un gran viajero. Y después ignorarla e irte a hablar con ese tío de ahí sobre motos. Porque si ve que te tiene en el bote puedes decir adiós... Después de ignorarla como media hora (no mucho más porque si no se enfadará) puedes volver a la carga y decirle indirectamente – nuca de forma directa – que te vas a ir a Grecia y buscas acompañante. Después tienes que ir a frotarte con aquella morena de amarillo, porque es una que le ha quitado dos novios a la pelirroja y se va a morir de celos. Después de eso, si te lo montas bien e improvisas un poco, lo tendrás hecho. Idiota. Que los tíos sois todos bobos. No sé cómo no os dais cuenta de cosas tan evidentes.”


Carraspeando y con cara de circunstancias, vi claro lo que debía hacer. El Opencor abría hasta las dos de la mañana y vendían PSPs. Así que le dije a Tarantino que me disculpase y me fui corriendo a por una. Ahora descansa, triunfal, al lado de mi DS, y entre las dos me proporcionan horas de diversión cuando llego a casa del trabajo.



Pipe está esponsoreado por ASUS y solo escribe con bolígrafos de Bic


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