Sin apenas tiempo para descansar, nuestro experto en leyendas fue enviado en pos de la pista de un suceso que marcó época. Tras viajar a pie por peligrosos desfiladeros ocultos en la niebla durante kilómetros, trepar montañas, vadear ríos y dejarse jirones de ropa entre las ramas de los arbustos, al fin alcanzó su destino. Un perdido monasterio semiderruido donde los monjes le reconfortaron con un carajillo y algún intento de tocamiento. Tras zafarse de sus amorosos brazos, pasó a estudiar la biblioteca con la única ayuda de una vela. Largas horas sin apenas pestañear ante crujitentes manuscritos y polvorientos legajos. Al fin, encontró lo que buscaba y nos lo ha traido en primicia. He aquí el resultado.
No me acordaba yo de lo de "He pasado catorce jodidos años de mi vida en una celda, abogado"
:_)
jueves, 15 de junio de 2006
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario